Facebook: una ventana abierta al exterior

Mi intimidad y Facebook

Facebook se ha convertido en la red social con más número de usuarios, alrededor de 900 millones de personas utilizan esta herramienta.

Esta cantidad asusta pero también es verdad que muchas personas están optando por cerrar sus cuentas porque se sienten demasiado expuestas.

Hay que concienciarse de que la vida digital se ha convertido en una parcela más de nuestras vidas, con la peculiaridad de que esta parcelita es una ventana abierta al exterior.

Últimamente no paro de leer noticias donde cuentan que muchas personas abandonan Facebook porque no saben manejar la privacidad, en mi opinión no hay que llegar a estos extremos y privarse de lo positivo de esta herramienta, sino utilizarla a nuestro favor.

Tienes que saber que Facebook SI tiene medidas de seguridad pero están un poco escondidas y no son accesibles, así que no queda más remedio que dedicarle un tiempito y mirar a fondo como podemos asegurarnos las mejores medidas de seguridad.

Utilizar si, pero con consciencia

Hay que concienciarse del alcance que puede llegar a tener esta red; seguro que has escuchado muchas historias en las que alguien sube una foto sin más y que después el contenido de esta foto le ha podido jugar una mala pasada con el jefe, los amigos o la pareja. Evitar este tipo de situaciones está en tus manos.

Tienes que saber que Facebook te da la opción de privatizar el perfil para que solo te vean tus amigos, y tú me dirás: ¡eso ya lo sé!; pues bien, te sorprendería saber la cantidad de gente que tiene un perfil totalmente público y de esta forma cualquiera puede ver sus datos y sus publicaciones.!Viva la información gratuita!

No sé si esto ocurre por descuido, falta de conocimiento o dejadez, pero igual que no saldrías en ropa interior a la calle, tampoco puedes dejarte con el culo al aire exponiendo “tus cosas” a cualquiera.

Medidas de privacidad

La parte positiva es que Facebook es más generoso de lo que pensamos y nos permite muchas funciones de privacidad que seguro no conoces o no pones en práctica:

  • puedes ocultar  tu lista de amigos para que solo la veas tú, puedes también ocultar las páginas y los grupos a los que sigues para que no sean visibles (muy recomendable cuando te has unido a un grupo que tiene por nombre “Sexo, drogas y otras adicciones”)
  • También puedes ocultar una foto en la que se te ha etiquetado y lo mismo con cualquier publicación que aparezca en tu biografía y mucho ojo con lo que publicas en tu biografía (antiguo muro), escoge bien lo que publicas, cuida el vocabulario y las formas y procura no publicar contenido comprometido o que se pueda malinterpretar !ah! y mucho ojo con subir imágenes de bebes o menores (por favor respetemos su privacidad), se que son preciosos pero ellos no nos han dado su consentimiento.
  • Cuando tengas que publicar fotos, la opción listas (que previamente has de confeccionar) te permite escoger quien puede ver esas fotos o puedes optar por que una persona en concreto no la vea.

Sí, sé que muchos ya lo sabéis, pero también sé, que muchos no se toman el tiempo de utilizar estas opciones.

Menos datos privados, más seguridad

En cualquier caso y sobre todo si eres principiante hay un algoritmo que no falla: cuanto más datos proporciones y más abierta dejes la visibilidad, mas fácil podrán encontrarte, cuanto menos visibilidad, el circulo de visión se estrecha a tus amistades, aun así presta atención a la privacidad, nuestros amigos no tienen porque saber nuestra vida entera.

Si por motivos profesionales tu objetivo es darte la mayor visibilidad posible puedes optar por una fanpage en vez de un perfil, estas páginas están más ajustadas a estas necesidades. Y no cometas el error muy común de tener en una sola cuenta tus contactos personales y profesionales; seguro que a un posible cliente no le interesa saber que te tomaste un mojito el sábado por la noche.

Como no es de mi menester adentrarme a fondo en detalles técnicos, pinchando aquí puedes configurar tu privacidad.

Cuando pecamos de indiscretos comprometemos nuestra intimidad o la de otras personas.

Poner de nuestra parte y evitar la sobreexposición a la que estamos expuestos redunda en beneficio de todos.

Adictos a la tecnología

¿La tecnología te esclaviza o te libera?

¿La utilizas o te utiliza?

El progreso exponencial de la tecnología en la última década ha beneficiado enormemente nuestras vidas, proporcionando mayor comunicación, libertad, confort y sobre todo un mayor acceso a información que antes estaba soterrada y que ahora está en tus manos a tan solo un clic.

Internet y todas sus plataformas sociales, abren una ventana a personas anónimas, que ahora tienen la oportunidad de tener mayor visibilidad y brinda un gran soporte a pequeñas y grandes empresas para interactuar con su público, ahora más que nunca el poder es de los consumidores.

La globalización exige adaptación y cambios rápidos y las personas más rezagadas pueden sentirse fuera de la pecera ante las nuevas formas digitales emergentes; pero lo que ya es un hecho indudable es que la mayoría de las personas de una forma u otra ya están dentro del océano digital.

Ventajas y desventajas

Sin embargo, detrás del telón de estos incipientes avances, lo que se teje entre bambalinas, puede ser, si se mira desde un ángulo diferente, un panorama bastante menos alentador, donde todas estas ventajas pueden transformarse en pequeños o grandes daños añadidos cuando este medio global no se utiliza como lo que es; una herramienta para facilitarnos la vida y no lo contrario.

Así esta eclosión tecnológica no está exenta de daños colaterales: adicción, sobrecarga mental, dispersión, desconexión con la tierra y la naturaleza entre otros.

Como consecuencia, surgen nuevos perfiles de adicciones que probablemente ya tendrán un nombre reconocido, pero que yo voy a llamar tecno-adicciones. Si quieres saber si eres un tecnoadicto puedes consultar aquí.

Una de las claves más importantes para saber si eres tecnoadicto, como es de cajón, es el número de horas que pasas delante del ordenador  o usando el móvil por gusto, ya que si es por trabajo, en este caso no contaría.

Y aunque no estemos colindando con la adicción, hay que tener cuidado y observar el tiempo que nos roba el ordenador, a lo mejor te ha ocurrido como a mí: enciendo el ordenador, me meto a mirar un dato concreto que me llevaría diez minutos y al final he pasado dos horas delante del ordenador y he olvidado lo que estaba buscando.

Si te ocurre esto de forma puntual no pasa nada pero si ocurre a menudo, es hora de reflexionar si verdaderamente compensa entregar valiosas horas a nuestra computadora.

Internet es una arma de doble filo, por un lado nos permite un mayor acceso a información de todo tipo otorgándonos mayor libertad (quien tiene la información tiene el poder) pero por otro lado genera una dispersión brutal, dificultades para separar el grano de la paja y confusión a la hora de decidir entre lo que es verdad y lo que no lo es.

Tal cantidad de estímulos informativos produce colapso mental, sin olvidar síntomas físicos como cansancio, fatiga ocular, embotamiento y déficit de energía por sobreexposición a radiación electromagnética.

El enganche a las redes sociales

Ahora y antes de que se me olvide quiero hablar de la función principal de la tecnología: la apertura hacia nuevos canales de comunicación antes impensables, donde el espacio y el tiempo ya no son barreras infranqueables.

Y aquí llega Facebook convirtiéndose en la gran apisonadora “conecting people”. Sin duda, es la red social que me parece más inquietante. Desde su nacimiento la comunicación con mis amigos se ha vuelta más superficial, las visitas físicas han disminuido y con ello la calidez, cercanía, risa y retroalimentación que estas me aportan.

Y que decir del gran lio de la privacidad, en mi caso hasta hace bien poco no sabía manejarla, esto me hacía sentir vulnerable, expuesta y con una sensación de “no tengo el control”. Si bien, este asunto está en estos momentos felizmente resuelto, porque me he molestado en aprender a fondo como puedo manejar mi privacidad y ahora me siento más segura por el uso más consciente que hago de esta herramienta.

Si quieres saber más sobre esta herramienta no te pierdas mi próximo post, te daré diez claves para asegúrarte tu privacidad y convertirte en un ninja del Facebook.

Y no solo he sentido que las relaciones de amistad se han visto afectadas, sino que también en el hogar, internet dificulta la interacción física y la cercanía, roba horas de estar con la familia o simplemente de estar haciendo lo que te gusta.

Uso consciente

No hay duda ya de que estamos en la era de las grandes redes y comunicación global, en este sentido las nuevas tecnologías aportan su enorme grano de arena abriendo nuevos canales de comunicación.

¿Pero de qué tipo de comunicación estamos hablando?

Para mi hay dos lecturas: una positiva, en la que la gente desde el anonimato se atreve a expresar sus verdaderas ideas sin miedo a sentirse juzgada y otra lectura negativa en la que la comunicación se ha vuelto mucho más informativa y ha perdido matices emocionales y profundos, ya que son menos los canales sensoriales a través de los cuales captamos la información.

En mi humilde opinión encuentro emergente la necesidad de ampliar el grado de consciencia, armonía y responsabilidad con que utilizamos esta poderosa herramienta.

De lo expuesto hasta aquí la pregunta es:

¿En qué medida la tecnología nos libera o nos esclaviza? ¿La controlas o te controla?

Autora: Virginia de la iglesia