Tus creencias limitantes te mantienen en modo zombi

Falta de valoración.

Pensamientos de escasez.

Pensamientos de incapacidad.

Todas estas son creencias limitantes y castrantes.

Son un sumidero por el que se va toda tu energía.

Las creencias limitantes

Estas creencias te paralizan manteniendote en una zona de confort que te es conocida y por eso te cuesta mucho moverte en una nueva dirección.

Trascenderlas te permitirá la llegada de cosas más positivas y enriquecedoras a tu vida.

¿Cómo se originan?

La mayoría de estas creencias fueron absorbidas de tu ambiente familiar.

De pequeños no poseemos capacidad para discernir, adoptamos todas las creencias procedentes de la familia y el entorno como válidas, sin  cuestionarlas.

Y como al final las creencias se materializan en la experiencia, esta última acaba validándolas y así entramos en un círculo vicioso del cual es difícil salir.

¿Cuándo toca revisarlas?

Toca revisarlas cuando notas que una parcela de tu vida no fluye tan bien como  el resto o cuando un pensamiento te incomoda o te limita tanto que no te permite evolucionar y salir de tu zona de confort.

O simplemente cuando consideras que en tu presente muchas creencias ya están obsoletas.

¿Cómo las detecto?

Para transformar una creencia que te limita es necesario detectarla y esto es un pelín complicado porque la mayoría de nuestras creencias son inconscientes y además están muy automatizadas.

Si las detectas, tienes la mitad de la batalla ganada.

Pasos para detectarla:

1. Observa

  • Situaciones que acaban repitiéndose y de las que no consigues aprender.
  • Las proyecciones: todo lo que te molesta de los demás son aspectos no integrados en ti y que por tanto te limitan.

2. Escribe

La escritura automática te puede ayudar, para ello escribe lo primero que se te ocurra y sin razonar sobre aquellos aspectos o parcelas de tu vida que consideres no marchan bien.

Cuando descubras un área de tu vida que no marcha bien como por ejemplo: no me va bien en las relaciones de pareja, intenta rascar un poco más para ver que miedos se esconden detrás de esa creencia, por ejemplo: miedo al abandono, al rechazo, a la intimidad o a la convivencia. Cuanto más precisemos, mucho mejor.

Recuerda que toda creencia tiene debajo miedos asociados.

¿Cómo las transformo?

  • La observación sirve te para detectar las creencias pero además la observación en sí misma es un antídoto muy poderoso, pues mientras observo estoy modificando aquello que estoy observando. Observar me permite ver mi acción para modificarla y generar consecuencias más favorables.
  • La visualización. Visualiza justo lo contrario a tu miedo; si te da miedo a hablar en público, visualiza que lo estás haciendo con la mayor confianza y soltura posible. Si practicas a menudo este ejercicio introducirás en ti una vibración bien diferente a la inicial limitadora.
  • Cambiar el dialogo interno. Cuando te asalten pensamientos limitantes como por ejemplo no lo voy a hacer bien o  no puedo, comienza un nuevo dialogo y haz la afirmación contraria, si la puedes verbalizar en voz alta mucho mejor.
  • Y no te olvides de la acción, es el remedio más eficaz porque te expones directamente a tus miedos. Puedes optar por exponerte de forma gradual a través de pequeños retos que te hagan ganar en confianza.
  • Detectar el autosabotaje o excusas que te pones para no hacer algo que te viene bien y que te permite evolucionar.

La clave⇒ Las creencias tienen como base sus miedos asociados, si conseguimos emanar una frecuencia diferente al miedo, entonces esas creencias se transformarán.

 Así que no se trata tanto de acabar con ellas sino de transformarlas .

Autora: Virginia de la Iglesia

El inconsciente, ¿enemigo o poderoso aliado?

En muchas ocasiones pensamos que nuestros deseos no se cumplen o materializan debido a la presencia de un inconsciente autosaboteador y en cierta medida así es, pero hay que comprender que el inconsciente no es el malo de la película sino un servidor fiel y eficiente que tiene por objetivo protegernos de aquello que nos produce sufrimiento y dolor.

Un programa automático que lo registra todo

Toda o gran parte de la información que domina en nuestro inconsciente ha sido grabada en los primeros años de nuestra vida y esta información es la que domina nuestra vida en la actualidad, lo queramos o no, y siempre y cuando no nos hayamos parado a revisar las creencias o patrones repetitivos que nos vuelven un zombi en la vida, ajeno a todo atisbo de voluntad consciente.

Una de las características del inconsciente es que no razona y por lo tanto no tiene capacidad para discernir, su función es grabar aquellos sucesos que han tenido un gran impacto emocional y de supervivencia en nuestras vidas.

Por ejemplo si nuestros padres nos inculcaron que hay que hacer grandes esfuerzos para conseguir dinero, nuestro subconsciente grabó la asociación de esfuerzo=ganar dinero, independientemente de que esta asociación pueda no coincidir con la realidad y por tanto ser falsa.

Revisa tus creencias desde su raiz

Es necesario revisar nuestros patrones o creencias-base porque son nuestros cimientos y si estos no nos aportan solidez, más vale destruirlos y empezar una nueva construcción.

Una forma de trabajar con ellos consiste en examinar que aspectos (positivos o negativos) tenemos asociados a temas como salud, dinero, amor u aquello que consideramos importante en nuestras vidas.

Idea: coge una hoja y en la parte de arriba escribe la palabra AMOR, a continuación vas a utilizar la escritura automática y ¡sin pensar! vas a escribir todo lo que se te pase por la cabeza, después saca tus propias conclusiones. Puedes hacer lo mismo con otras parcelas de tu vida.

De lo expuesto hasta ahora podemos deducir que nuestro inconsciente no “es malo”, no quiere vernos sufrir y morder el polvo, lo que ocurre es que no tiene grabado el programa correcto en forma de patrones o moldes ideales, positivos y funcionales en los que se asiente nuestra experiencia de vida.

Y en esta permeabilidad reside el gran poder del inconsciente, igual que nos han metido un programa obsoleto y confuso de quien realmente somos, de igual manera podemos meter otro programa que registre fielmente lo que somos en esencia.

Autora: Virginia de la Iglesia